“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón”

Oración inicial

Señor Jesús envía tu espíritu, para que él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 

LECTURA (¿Qué dice la Palabra?)

Texto Bíblico: Mc 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».

El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

 

Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:

  1. ¿Qué personajes encontramos?
  2. ¿Qué es un escriba? ¿Qué pregunta le hizo a Jesús?
  3. Jesús respondió que había que amar a Dios con todo desde cuatro dimensiones: ¿cuáles son éstas y qué pueden significar?
  4. ¿Cuál es el segundo mandamiento en importancia que enseña Jesús y qué puede significar?
  5. ¿Estos mandamientos por encima de qué están?

 MEDITACIÓN (¿Qué me dice la Palabra?)
 

El porqué de la pregunta del doctor de la Ley. En la Biblia encontramos un buen número de mandamientos, pero en el Talmud de Babilonia, la tradición oral judía, encontramos hasta 613 preceptos. En este maremagnum de mandamientos era difícil determinar cuál era el más importante. Ante esto, Jesús simplemente afirmará que hay dos mandamientos que son la clave de todo: —El primer mandamiento de todos es: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. 30 Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” 31 Pero hay un segundo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Ningún mandamiento es más importante que estos.

Jesús responde con el famoso Shema que se encuentra en Dt 6, 4-6: »Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.»Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.»Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales, y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa. Además, era una oración que se hacía en la mañana y en la tarde. Hoy también son muchos los seguidores de Jesús que recitan de memoria o tienen el Shema en cuadros en sus casas, claro que añadiendo: amarás a tu prójimo como a ti mismo.

El mandamiento original dice: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Jesús añade: Y con toda tu mente. También con nuestras ideas debemos amar a Dios. Hoy no son pocos los que dicen amar a Dios con todo el corazón, pero están a favor del aborto, de la eutanasia, de la corrupción, de la violencia.

Con todo. En hebreo se dice Be Col. Se repite esto tres veces. Con todo es con todo, también con tus bienes. Le decimos a Dios todo lo mío es tuyo (cf. Col 3, 5).

Somos invitados a amar a Dios, así como él nos amó. Jn 3, 16: Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. En Jn 13, 1 encontramos al respecto lo siguiente: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.”

Nuestro amor a Dios también deber ser hasta el extremo, hasta dar la vida por él tal como lo han hecho infinidad de mártires, con una humanidad igual que la nuestra.

De Dios al hermano. Jesucristo une el mandamiento de amar a Dios al mandamiento de amar al prójimo. Esto lo encontramos en Juan 4, 20-21: “Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve. 21 Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.

Términos de hoy:

Corazón: en hebreo se dice Lev; en griego, Kardía. Se refiere a las emociones y sentimientos (Sal 103, 1-2), se refiere también a los pensamientos y decisiones (Mt 9, 4; Lc 5, 22).

Alma: (nefés en hebreo, Psijé en griego). Se refiere a la parte interior y esencial del ser humano (define la identidad de la persona), indica también el aliento de vida del ser humano y la dimensión de la persona que se relaciona con Dios. El alma es creada por Dios y es valiosa, preciosa e inmortal. Es capaz de ser salva (Mt 10, 28).

Mente: (Leb en hebreo; nous en griego). Facultad de pensar, razonar, entender (Cf. Rom 12, 2; Col 3, 2).

Fuerza: (en griego isjús). Significa fuerza, potencia

ORACIÓN ¿Qué me hace decir a Dios la Palabra?

En este momento, si la lectio se está haciendo en comunidad varios pueden participar haciendo una oración espontánea. También se puede hacer la siguiente oración:

 

CANTO AL AMOR

Señor Jesús: ¿De qué nos sirve hablar todas las lenguas? Si nos falta el amor, sólo hacemos ruido.

¿De qué nos sirve hablar en nombre de Dios, conocer los secretos y poseer toda la ciencia? Si nos falta el amor, nos falta lo esencial.

¿De qué nos vale tener tanta fe como para mover montañas? Si nos falta el amor, nada somos.

¿De qué nos sirve entregarlo todo a los pobres, e incluso entregar la propia vida? Si nos falta el amor, de nada nos aprovecha.

Señor Jesús, tú nos enseñaste:

Que el amor es comprensivo y servicial; que nada sabe de envidias, de arrogancias ni de orgullos.

Señor, enséñanos a amar. Que el amor no es grosero ni egoísta, no se impacienta, no es rencoroso.

Señor, enséñanos a amar. Que lejos de alegrarse con la injusticia, el amor encuentra el gozo en la verdad.

Señor enséñanos a amar. Que el amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. Señor, enséñanos a amar.

Tú nos enseñaste, Señor Jesús, que el amor es más fuerte que la muerte. Señor, enséñanos a amar.

CONTEMPLACIÓN (Dios me mira y yo lo miro)

En este momento podemos poner música instrumental o canciones de adoración en un volumen adecuado. Permanezcamos por unos minutos en un silencio elocuente, con un espíritu contemplativo ante la mirada de Dios. Experimentemos la alegría, la paz, el gozo de sabernos amados, guiados y protegidos por el Padre. Dejemos que Cristo nos configure progresivamente con él en el seno de su corazón.

En medio del silencio, se puede hacer una reflexión sobre el tema que se está tratando.

«Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos». No se necesita gran erudición para comprender estos mandamientos. Nos hemos acostumbrado a ponernos a nosotros mismos sobre todas las cosas y lo que propone Jesús es un cambio de concepción, de visión, de actitud, que en muchos casos significa un viraje en 180 grados en la forma de vida que hemos adoptado.

El Señor nos enseña mirar hacia Dios y al prójimo, mientras que nosotros insistimos en mirar hacia adentro. Mientras el Señor exige amar, servir y dar, nosotros queremos que nos amen, que nos sirvan y nos den. O ponemos a Dios y nuestros hermanos por encima de todo (Amor), o nos ponemos a nosotros mismos al centro y por encima de todo (egoísmo). O permanecemos libres, o nos hacemos esclavos, de las riquezas, del placer, de las comodidades, del egoísmo.

 

ACCIÓN (compromisos)

  • Recuerda lo que el escriba terminó reafirmando sobre el «Amor». Analiza cómo está tu amor hacia Dios, hacia tu prójimo: personas con las que congenias y con las que no, con las te caen bien o tienes dificultad con ella, con los pobres, necesitados.
  • No es necesario observar una lista de mandatos y prohibiciones, sólo tienes que rendirte de corazón al Amor del Señor y dejar que su amor te llene por completo. Solo cuando estés lleno, podrás darlo.
  • En las necesidades y problemas que conozcas de otras personas, ayúdales en lo que puedas. Que te sientan cercano, comprensivo, que te duele y sientes lo que les ocurre.

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