Oración inicial
Señor Jesús envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
LECTURA (¿Qué dice la Palabra?)
Texto Bíblico: Marcos 9,38-43.45.47-48
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Jesús respondió: «No se lo impidan, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro». Y el que les dé a beber un vaso de agua porque son de Cristo, en verdad les digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra del Señor.
Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:
- ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención?
- ¿Qué significa hoy, para nosotros, la afirmación de Jesús: “Quien no está en nuestra contra está a nuestro favor”?
- ¿Cómo traducir hoy el “vaso de agua” del que habla Cristo?
- ¿Quiénes eran los “pequeños”? ¿Qué significa “ser motivo de escándalo para los pequeños”? (v.42).
- “Corta la mano o el pie”, “Saca tu ojo”: ¿Estas expresiones pueden ser tomadas literalmente? ¿Qué querrá decir Jesús con estas expresiones?
- En nuestra sociedad y en nuestra comunidad, ¿quiénes son los pequeños y los marginados? ¿Cuál y cómo es la acogida que les damos a ellos?
MEDITACIÓN (¿Qué me dice la Palabra)
Alguno que no era de la comunidad usaba el nombre de Jesús para arrojar a los demonios. Juan, el discípulo, lo ve y prohíbe hacerlo. Para Jesús, lo que importa no es si la persona forma parte o no de la comunidad, sino si hace el bien que la comunidad debe hacer. Jesús tenía una mentalidad ecuménica.
El Evangelio de este domingo presenta tres importantes exigencias de conversión para el que quiera ser discípulo de Jesús:
- No tener la mentalidad cerrada del discípulo Juan, que pensaba ser el dueño de Jesús, sino tener una actitud abierta y ecuménica, capaz de reconocer el bien en los otros, aunque sean de otra religión. Si bien es cierto que nuestra Iglesia Católica fue fundada por Jesús, y esto es un gran tesoro, debemos tener en cuenta que Dios obra más allá de los límites visibles de la Iglesia, haciendo que su sol alumbre a todos, y que su lluvia refresque a todos.
- Superar la mentalidad de aquellos que se consideraban superiores a los otros, y que, por esto, despreciaban a los pequeños y pobres y se alejaban de la comunidad. Para Jesús esta persona merecía la soga al cuello y ser arrojado al fondo del mar. Jesús usa en este caso una imagen muy fuerte, pero debemos verla en positivo, como una llamada al buen testimonio que debemos dar a todos, especialmente a los más débiles.
- Jesús enseña que no debemos dejar que, entre la rutina a la hora de vivir el Evangelio, sino que pide que seamos capaces de romper los lazos que nos impiden vivirlo en plenitud. Cristo al decir que, si el ojo es ocasión de pecado, te lo saques, que te cortes la mano o el pie, lo que quiere es invitar a la radicalidad en la vida de cada uno de nosotros. Debemos de ser capaces de cortar tajantemente con el mal que pueda haber en nuestra vida.
Lo que Cristo quiere es un buen testimonio de vida. Él quiere que dejemos todo y lo pongamos en el centro de nuestras vidas. La radicalidad en el camino de santidad es amar a Cristo por encima de cualquier cosa, inclusive por encima de uno mismo. Seamos radicales en nuestras vidas para llegar a ser santos. Todos los santos fueron hombres comunes que supieron poner a Cristo en el centro de toda su vida y dejar lo que en verdad no sirve, para tomar lo que vale la pena. Cristo es el tesoro por el cual se vende todo y se compra, sabiendo que nada nos faltara al tenerlo con nosotros.
CONTEMPLACIÓN
En este momento podemos poner música instrumental o canciones de adoración en un volumen adecuado. Permanezcamos por unos minutos en un silencio elocuente, con un espíritu contemplativo ante la mirada de Dios. Experimentemos la alegría, la paz, el gozo de sabernos amados, guiados y protegidos por el Padre. Dejemos que Cristo nos configure progresivamente con él en el seno de su corazón.
ORACIÓN
En este momento, si la lectio se esta haciendo en comunidad varios pueden participar haciendo una oración espontánea. También se puede hacer la siguiente oración:
Señor, cuánto esfuerzo desperdiciado por malos entendidos o envidias. Cuánta influencia negativa por un testimonio contrario a la caridad. Dame tu gracia para vivir mi misión en la unidad, porque la salvación es para todos y la forma de vivir el camino para alcanzarla es variada. Quiero tener algo que dar a las personas con las que convivo y me encuentro, quiero llevar lo mejor a los demás, y eso mejor eres Tú.
ACCIÓN
- A lo largo de su Evangelio, Jesús nos invita a superar desconfianzas, prejuicios y cerrazones para hacernos prójimos los unos de los otros, y así descubrir que «el que no está contra nosotros, está con nosotros».
- Si tu mano te hace caer, córtatela. Es el trabajo que uno tiene que hacer día a día, cortar con aquello que te hace caer y pecar, «sé valiente, huye»; escapa de aquellas cosas que te tientan o te hacen caer.
- En tus momentos de oración ora para que los cristianos demos testimonio de Jesús y vivamos con coherencia.