Oración:
Oh, Espíritu Santo, amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar, y perfección al acabar.
Amén.
Texto Bíblico: Marcos 6,1-6.
Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.» Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe.
Palabra del Señor.
Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:
¿Qué fue lo que más te llamó la atención de este Evangelio?
¿De qué se maravillaba la gente ante la presencia de Jesús en Nazaret?
¿Te parece lógico que no hayan creído en él?
¿Qué le impresionó a Jesús de la gente de su pueblo?
Reflexión
El evangelio de hoy habla de Jesús de visita a Nazaret y de cómo la gente de Nazaret se encierra en sí misma y no lo acepta (Mc 6,1-6). Los versículos que siguen describen como Jesús se abrió al pueblo de Galilea enviando a sus discípulos en misión (Mc 6,7-13).
Marcos 6,1-2ª: Jesús vuelve a Nazaret. “Jesús salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga”. Es bueno siempre volver a la propia patria y volver a encontrar a amigos y amigas. Después de una larga ausencia, Jesús vuelve y, como de costumbre, en el día de sábado se fue a la sinagoga para tomar parte en la reunión de la comunidad. Jesús no era el coordinador de la comunidad, sin embargo, toma la palabra y empieza a enseñar. Señal de que las personas pueden participar y expresar su opinión.
Marcos 6,2b-3: Reacción de la gente de Nazaret ante Jesús. La gente de Cafarnaún había aceptado la enseñanza de Jesús (Mc 1,22), pero a la gente de Nazaret no le gustaron las palabras de Jesús y quedó escandalizada. ¿Por qué? Jesús, el muchacho que conocían desde su infancia, ¿cómo es que ahora es tan diferente? Ellos no aceptan el misterio de Dios presente en Jesús, un ser humano como todos los demás, conocido por todos. ¡Para poder hablar de Dios no podía ser igual a los demás! Como se ve, no todo le fue bien a Jesús. Las personas que hubieran tenido que ser las primeras en aceptar la Buena Nueva, son de hecho las que más dificultad tienen en aceptarla. El conflicto no era sólo con los de fuera, sino que también con sus parientes y con la gente de Nazaret. Tienen dificultad en creer en Jesús, porque no consiguen entender el misterio de Dios que envuelve a la persona de Jesús: “¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?” ¡No llegan a creer en Jesús!
¿Cómo reaccionó Jesús? Jesús sabe muy bien que “nadie es profeta en su patria”. Y lo dice: “Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio”. De hecho, donde no existe aceptación ni fe, la gente no puede hacer nada. Las ideas preconcebidas lo impiden. Aún queriendo, Jesús no pudo hacer nada y queda extrañado ante su falta de fe. Por eso, ante la puerta cerrada de su propia comunidad, “comenzó a recorrer los alrededores, enseñando en los poblados”. La experiencia de rechazo lleva Jesús a cambiar de práctica, se dirige a otros poblados e implica a los discípulos en la misión dando instrucciones de cómo deben dar continuidad a la misión.
Reflexión personal
- Jesús tiene problemas con sus parientes y con su comunidad. Desde que tú empezaste a vivir mejor el evangelio, ¿ha cambiado algo en la relación con tu familia y con tus parientes?
- Jesús no pudo hacer muchos milagros en Nazaret porque faltaba fe. Y hoy, ¿encuentra fe en nosotros, en mí?
¿Qué compromisos puedo hacer?
- Pide al Señor que tu falta de fe no te haga mirar más que a lo visible, a lo terreno, a lo que pueda beneficiarte materialmente. Pon tus ojos en el Señor
- La oración, en frase de Santa Teresa, es «tratar de amistad con quien sabemos nos ama». Condición indispensable para esta amistad es una fe firme. Pídele que te introduzca en ese amor de Dios.
- Con la ayuda de Dios, pedida en la oración, intenta que las personas que te rodean descubran a Jesús por encima de sus ideas, del pensar que ya conocen todo de Él.
Oración final:
Jesús estoy aquí, ¿qué esperas de mí? Mis manos están vacías, ¿qué puedo ofrecerte? Sólo sé que quiero ser diferente. ¿Qué esperas de mí? Mis ojos, temen al mirarte, quisiera poder enfrentarte, amar como tú amas, sentir como tú sientes, mirar a través de tus ojos Jesús. Contigo mi camino es difícil, me exiges abrir un nuevo horizonte, y en la soledad de mi noche no puedo abandonarte. Jesús en mi penetraste, me habitaste, triunfaste y hoy vives en mí. Amén.