Nuevo director nacional de Pastoral Social es de la Arquidiócesis de Barranquilla

La Iglesia Católica del Caribe sigue aportando a la evangelización del país. Muestra de ello es el llamamiento al padre Mauricio Alejandro Rey Sepúlveda, de la Arquidiócesis de Barranquilla, a la dirección nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana (SNPS-CC).

Después de servir en la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Barranquilla, el sacerdote de 46 años, asume esta labor con una visión que prioriza las realidades territoriales, la articulación y la proyección desde la acción transformadora del Evangelio y la doctrina eclesial.

El padre Rey Sepúlveda sucede en esta misión al sacerdote cartagenero Rafael Castillo Torres, quien dirigió el SNPS-CC desde febrero del año 2022, al ser elegido por los obispos del país durante la CXII Asamblea Plenaria.

El padre Mauricio Alejandro tiene una sólida formación doctrinal, que incluye maestrías en ciencias sociales y teología fundamental, realizadas en Roma. Ordenado sacerdote en 1999. Tiene experiencia con todo tipo de comunidades, desde el pastoreo en pequeños municipios hasta barrios vulnerables de la capital del Atlántico.

Es autor de varios libros, entre ellos: Acuerdo de paz en Colombia y su impacto en el desarrollo económico y social en la subregión de los Montes de María; El testimonio en la Exhortación Apostólica Evangeli Gaudium; Contribución de las Arquidiócesis de Barranquilla y Cartagena al Proceso de Paz en Colombia, y La Sábana Santa: El Quinto Evangelio.

El padre Rey manifiesta interés en servir con esperanza a la Iglesia y al país dándole continuidad a la labor del padre Castillo, enfrentando nuevos retos que permitan que esa misión se sienta, cada vez con más fuerza en los territorios. Quiere articular, proyectar y visibilizar la dimensión social de la Iglesia Católica.

Según él, “la Pastoral Social no se limita a hacer cosas, busca transformar realidades y acompañar comunidades. Debemos construir puentes que acerquen a las personas y generar procesos de paz y reconciliación”. A su vez considera que “es la caridad puesta al servicio. En un país dividido, la solidaridad nos une como hermanos, más allá de diferencias culturales, políticas o económicas”.

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