En un ambiente de profunda fe y alegría, el pasado martes 8 de abril se celebró la apertura oficial del nuevo Templo Jubilar en la Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María, ubicada en la Cl. 18 #15-32, Comuna 4 de Santa Marta. Esta designación hace parte de las acciones pastorales del Gran Jubileo de la Esperanza, convocado por el papa Francisco para el año 2025.
La jornada inició con una peregrinación que partió desde el Seminario Mayor San José y culminó en la parroquia, donde se celebró la Santa Misa de apertura, presidida por Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta, y concelebrada por los presbíteros que conforman el Arciprestazgo Inmaculado Corazón de María.
Durante la celebración, Monseñor Bacci expresó:
“Este templo será, para muchas personas y familias, un lugar de encuentro con Jesucristo que cambia el corazón y la vida. Aquí podrán experimentar la gracia del Año Jubilar, el corazón de la reconciliación y la vida nueva en Cristo.”
La Eucaristía estuvo acompañada por una jornada penitencial, donde los fieles pudieron acceder al sacramento de la reconciliación, ministrado por los sacerdotes del arciprestazgo. Este gesto pastoral subraya el sentido de conversión, misericordia y esperanza que caracteriza el tiempo jubilar.
Por su parte, el párroco Mario García destacó la importancia espiritual de esta designación para la comunidad parroquial:
“Es una señal de la sobreabundancia de la misericordia de Dios. Una oportunidad de acceder a su bondad para nuestra feligresía, y de manera especial, para los adultos mayores vecinos del Centro de Bienestar del Anciano.”
El P. Mario Arturo Monsalvo Bolaño, arcipreste del Inmaculado Corazón de María, subrayó el carácter comunitario del acontecimiento:
“Este templo jubilar es un signo de unidad, fraternidad y servicio. Es un punto de referencia espiritual para nuestras nueve parroquias, el colegio, el seminario y los 21 sacerdotes que servimos en este arciprestazgo.”
Con esta designación, la Diócesis de Santa Marta cuenta con un nuevo espacio sagrado donde los fieles pueden obtener la indulgencia plenaria, siempre que cumplan con las condiciones dispuestas por la Santa Sede: confesión sacramental, comunión eucarística, oración por las intenciones del Papa y desapego total del pecado.
El templo estará abierto durante todo el año jubilar como lugar de peregrinación, reconciliación y renovación espiritual, respondiendo al llamado del Santo Padre de vivir este tiempo como una auténtica experiencia de esperanza cristiana.
