“Si uno come de este pan, vivirá para siempre”

Oración

Señor, vengo hoy a ti, necesito ser atraído por ti. No quiero ser atraído por el dinero, el poder, el sexo, la droga. Todo eso sé que me esclaviza. Y, desde que te he conocido a ti, mi Señor, ya no quiero ser esclavo de nada ni de nadie. Por eso te pido, Señor, sentirme encadenado siempre por tu amor.

 

Texto Bíblico: Juan 6, 41-51

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.»

Palabra del Señor.

 

Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:

Vuelve a leer detenidamente el texto del evangelio. ¿Qué versículo, frase, palabra ha llamado especialmente tu atención? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?

 

Reflexión

Hasta aquí el diálogo entre Jesús y la gente. De aquí en adelante, los líderes judíos empiezan a entrar en la conversación, y la discusión se hace más tensa.

Juan 6,44-46: Quien se abre para Dios, acepta a Jesús y su propuesta. La conversación se vuelve más exigente. Ahora son los judíos, los líderes del pueblo que murmuran: “Este Jesús ¿no es el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice que bajó del cielo?” (Jn 6,42) Ellos pensaban conocer las cosas de Dios. En realidad, no las conocían. Si fuesen realmente abiertos y fieles a Dios, sentirían dentro de sí el impulso de Dios que los atrae para Jesús y reconocerían que Jesús viene de Dios, ‘Pues está escrito en los Profetas: ¡Todos serán instruidos por Dios’. Todo aquel que escucha al Padre y recibe su instrucción viene a mí.

Juan 6,47-50: Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. En la celebración de la pascua, los judíos recordaban el pan del desierto. Jesús nos ayuda a dar un paso más. Quien celebra la pascua recordando solamente el pan que los padres comieron en el pasado, acabarán muriendo como todos ellos. El verdadero sentido de la Pascua no es recordar el maná caído del cielo, sino aceptar a Jesús como el nuevo Pan de Vida y seguir el camino que él nos enseñó. Ahora ya no se trata de comer la carne del cordero pascual, sino de comer la carne de Jesús, para que no perezca aquel que la come, sino que tenga ¡la vida eterna!

Juan 6,51: Quien come de este pan vivirá eternamente. Y Jesús termina diciendo: “Yo soy el pan de vida bajado del cielo. Si uno come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo.” En vez del maná y en vez del cordero pascual, somos convidados a comer el nuevo maná y el nuevo cordero pascual que es Jesús mismo que se entregó en la Cruz por la vida de todos.

 

Reflexión personal

  • La forma del comer del pan de vida es creer en Jesús. ¿Qué hago para que mi fe en Cristo crezca más y más?
  • Quien está abierto a la verdad encuentra en Jesús la respuesta. Hoy, mucha gente se aleja y no encuentra una respuesta. ¿Es culpa de quién? ¿De las personas que no quieren escuchar? ¿O de los cristianos que no sabemos presentar el evangelio como un mensaje de vida?

 

¿Qué compromiso puedo hacer?

  • Examina que origen tienen tus murmuraciones y críticas y qué función juegan en tu vida. ¿Qué tienes que mejorar en tu manera de pensar y actuar?
  • Comprométete a recibir con más frecuencia el Pan de Vida. El que come de ese Pan vivirá eternamente. ¿Se puede pedir algo más?

 

Oración final:

Quiero aprender de ti, Señor. Cómo amas, cómo nos miras a cada uno con esa mezcla de preocupación, orgullo e intimidad. Cómo esperas tanto de cada uno, y pides sin exigir, llamas sin obligar, ofreces sin imponer. Ayúdame a amar a otros. A mirar a los otros, cercanos y lejanos, y sentir siempre respeto, cercanía, ternura. Enséñame a preocuparme por lo que a otros inquieta; a amar de esa manera extrañamente libre, que aspira a lo mejor para el semejante. Enséñame a cuidar, curar, dar, atender, abrazar… Padre Dios.

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