La Iglesia reconoce en su acción pastoral, el llamamiento y misión que le hace Jesucristo Buen Pastor, a anunciar la buena nueva de salvación; y son las aguas del bautismo, donde fuimos hechos, sacerdotes, profetas y reyes, las que proporcionan fuerza y audacia para salir a evangelizar.

De esta manera reconocemos los deberes de enseñar, servir y santificar, de donde nace, a la vez, la acción de la pastoral profética, la pastoral de la caridad y la pastoral litúrgica. De estas se desprende toda la acción evangelizadora de la Iglesia.

En esta sintonía, recorramos juntos el camino hacia la construcción de nuestro Plan Pastoral. En estos días en diversas parroquias de la Diócesis de Santa Marta, se llevará a cabo el ejercicio para la formación de los agentes de escucha, bajo la luz y guía del Espíritu Santo.

El Paráclito nos orienta para saber discernir, según su querer, preguntándonos ¿qué Iglesia soñamos? ¿qué Iglesia tenemos? Estos dos cuestionamientos nos llevan a reflexionar sobre la Iglesia ideal, la que vislumbramos en el futuro a partir del compromiso de todos y a su vez la Iglesia real, tal cual como vivimos nuestra fe.