“Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco”

Oración

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar, y me conduce hacia aguas frescas. Conforta mi alma, me guía por el camino justo por amor de su nombre. Aunque camine por valles oscuros, no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo.

 

Texto Bíblico: Marcos 6, 30-34

Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

 

Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:

  • ¿Por qué Jesús invita a sus discípulos a descansar?
  • ¿La gente dejó que Jesús descansara?
  • ¿Se molestó Jesús porque la gente lo buscaba demasiado? ¿Cuál fue su actitud hacia ellos?

 

Reflexión

 «Venid un poco aparte, a un lugar solitario, y descansad un poco». No es sólo un momento de relax el que les propone Jesús, sino un descanso con Él. Por eso se los lleva un poco aparte, aún a costa de no atender en el entretanto a toda la muchedumbre que andaba de acá para allá.

Ellos tendrían necesidad de contarle al Maestro tantas cosas, y éste, a su vez, querría conocer qué tipo de resonancia o reacción había producido en ellos esta primera salida misionera.

Para poder luego seguir subiendo hacia Jerusalén, era imprescindible pararse con el Señor a solas, gustando lo único que es necesario. Porque si el discípulo habla sin haber escuchado antes la Palabra necesaria, y si actúa sin haber contemplado previamente la presencia imprescindible, corre el riesgo de convertirse en vendedor de sus ideas, en imponente de sus visiones, sea cual sea la clave ideológica desde la que lo haga; si la misión del evangelizador cristiano no nace de otra Palabra escuchada y de otra Presencia acogida, se arriesga a no ser una misión cristiana.

Cuando de verdad se ha descansado con Jesús bebiendo en las fuentes de su Palabra y su Presencia, entonces Él no retiene ni se queda privadamente con los que más de cerca le seguían. No ha actuado así el Señor jamás, sino todo lo contrario: «cuando llegaron a la otra orilla, se conmovió por la gente que andando había ido a esperarlos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarlos». (Agradecimientos a Jesús Sanz Montes)

 

Reflexión personal

  • ¿Qué haces tú cuando debes enseñar a los otros algo de la fe y de la religión? ¿Imitas a Jesús?
  • Jesús se preocupa no sólo del contenido, sino también del descanso. ¿Cómo fue la enseñanza de religión que recibiste en tu infancia? Los/las catequistas ¿imitaban a Jesús?

 

¿Qué compromisos puedo hacer?

  • Jesús les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Procura no solo el descanso de la actividad que durante el curso llevas, busca un lugar donde la paz el silencio te permita descansar en el Señor. Invita a otros a este descanso que realmente, es descanso, fuente de paz.
  • Jesús te invita a compadecerte, solidarizarte, enseñar y acompañar a quienes necesitan guía, ayuda, consuelo y paz.
  • Pide a Jesús mirar las necesidades de los demás antes que las tuyas, que te ayude a entender que sólo el contacto con su Palabra, en la oración, en la Eucaristía, logrará cambiar tu corazón.

 

Oración final:

Mi Señor quiero seguirte, sé que debo detenerme e ir al silencio, a donde esté solo, donde solo Tú y yo podamos hablar, decirte todo lo que siento, escucharte y nutrirme de ti, de tu amor.

Quiero seguir tu ejemplo, atender y enseñar al que lo necesita, y también aprender de ti y de todo aquel que me enseñe. Gracias por todo lo que me das, gracias porque estás conmigo en mis insignificancias y pequeñez, en mis fracasos y en mis logros. No me abandones nunca, porque te necesito en todo momento.

Compartir:

Otras Lectio Divina…

¡Viva Cristo Rey!

Oración inicial Jesús, me acerco en este día a escucharte con el corazón abierto. Tú sabes cuáles son mis ilusiones, mis sueños, mis deseos y

Leer más »