Oración inicial
Jesús, me acerco en este día a escucharte con el corazón abierto. Tú sabes cuáles son mis ilusiones, mis sueños, mis deseos y sabes que, aunque aquí estoy en tu presencia, tengo la mente en las preocupaciones de mi vida ordinaria, pero vengo a darte un poco de mi tiempo, como la gente que te seguía en la ribera del mar de Galilea, y lo hago con mucho amor y generosidad. Confío además en tu providencia amorosa que nunca me abandona pues sabes perfectamente lo que necesito en cada instante.
LECTURA (¿Qué dice la Palabra?)
Texto Bíblico: Jn 18,33b-37.
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Palabra del Señor.
Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado más la atención, te ha gustado más, te ha tocado el corazón? ¿Qué quiere decirte Dios aquí y ahora, en este momento, con ello?
- Pilato entra en diálogo con Jesús aunque sea para interrogarlo. En tu propia vida, ¿intentas entrar en diálogo con Jesús? ¿Con qué frecuencia?
- “¿Dices esto por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?” ¿Cómo es tu conocimiento de Jesús? ¿Crees que le conoces realmente? ¿Lo conoces de oídas? ¿Parte tu conocimiento de lo que otros han dicho de Él o de tu propia experiencia?
- ¿Qué sientes al oír a Jesús decir que su Reino no es de este mundo? ¿Qué significa eso para ti? ¿Eres consciente de que el Reino de Jesús es un Reino de servicio, de entrega desinteresada, de amor hasta el extremo?
- “Todo el que es de la verdad escucha mi voz” ¿Intentas escuchar a Jesús, entender su Palabra, poner en práctica sus enseñanzas?
MEDITACIÓN (¿Qué me dice la Palabra?)
El Evangelio de hoy nos hace contemplar a Jesús mientras se presenta ante Pilatos como rey de un reino que «no es de este mundo». Esto no significa que Cristo sea rey de otro mundo, sino que es rey de otro modo… La lógica mundana se apoya en la ambición, la competición, combate con las armas del miedo, del chantaje y de la manipulación de las conciencias. La lógica del Evangelio en cambio se expresa en la humildad y la gratuidad, se afirma silenciosa pero eficazmente con la fuerza de la verdad. (Papa Francisco).
Los reinos de este mundo a veces se construyen en la arrogancia, rivalidad, opresión; el reino de Cristo es un «reino de justicia, de amor y de paz»… Es precisamente en el fracaso del pecado —el pecado es un fracaso—, en el fracaso de la ambición humana, donde se encuentra el triunfo de la Cruz, ahí está la gratuidad del amor. En el fracaso de la Cruz se ve el amor, este amor que es gratuito, que nos da Jesús. (Papa Francisco)
Hablar de potencia y de fuerza, para el cristiano, significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y a la fuerza del amor de Jesús: un amor que permanece firme e íntegro, incluso ante el rechazo, y que aparece como la realización última de una vida dedicada a la total entrega de sí en favor de la humanidad. (Papa Francisco)
ORACIÓN ¿Qué me hace decir a Dios la Palabra?
En este momento, si la lectio se está haciendo en comunidad varios pueden participar haciendo una oración espontánea. También se puede hacer la siguiente oración:
Canto al amor
Testigo verdadero, misionero fiel del amor del Padre, nos invitas continuamente –oh Cristo, Rey del universo–, a entrar en la libertad del Reino de la Vida.
Tú puedes transformar nuestro corazón e iluminar en medio del mundo nuestra desazón y nuestra confusión: Tú eres la verdad que hace libre y la libertad que hace vivir. Haznos testigos serviciales y verídicos en toda situación donde aún falta tu presencia, tu Evangelio. Conviértenos en instrumentos tuyos, en mensajeros constructores de justicia y paz.
Que tu Reino anhelado venga pronto, Señor de la historia, y llene de tu presencia todo lugar, toda estructura, toda sociedad, toda soledad y todo corazón donde alguien sufre aún hoy la esclavitud reinante de la discordia, del odio, del vicio, del pecado, o de la muerte. Tú que eres el Rey de la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
CONTEMPLACIÓN (Dios me mira y yo lo miro)
En este momento podemos poner música instrumental o canciones de adoración en un volumen adecuado. Permanezcamos por unos minutos en un silencio elocuente, con un espíritu contemplativo ante la mirada de Dios. Experimentemos la alegría, la paz, el gozo de sabernos amados, guiados y protegidos por el Padre. Dejemos que Cristo nos configure progresivamente con él en el seno de su corazón.
En medio del silencio, se puede hacer una reflexión sobre el tema que se está tratando.
En este día, nos vendrá bien pensar en nuestra historia, y mirar a Jesús, y desde el corazón repetirle a menudo, pero con el corazón, en silencio…: “Acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino. Jesús, acuérdate de mí, porque yo quiero ser bueno, quiero ser buena, pero me falta la fuerza, no puedo: soy pecador, soy pecadora. Pero, acuérdate de mí, Jesús. Tú puedes acordarte de mí porque tú estás en el centro, tú estás precisamente en tu Reino.” (Papa Francisco)
ACCIÓN (compromisos)
- Comprométete a ser misionero del Amor de Dios, para aquellos que creen y también para aquellos que quieren construir la sociedad a base de injusticia, desigualdad y corrupción.
- Pide al Señor y esfuérzate en que tu vida sea un acto de servicio por amor.