El profundo ejercicio espiritual articula la clausura del Año Mariano con las últimas semana del Jubileo Universal de la Esperanza y la preparación a la celebración del V centenario de la Diócesis.
Con inmensa alegría y profunda gratitud, la Diócesis de Santa Marta convoca a todos sus fieles y comunidades a participar en el Triduo Solemne en honor a la Inmaculada Concepción de María. Esta celebración no es un acto piadoso aislado, sino un momento crucial que articula la clausura del Año Mariano Diocesano, la recta final del Jubileo Universal de la Esperanza y, sobre todo, la intensa preparación que nos proyecta hacia la celebración del V Centenario de nuestra Diócesis en 2033.
Precisamente, con el firme propósito de facilitar una meditación profunda y la participación activa de todo el Pueblo de Dios, la Diócesis de Santa Marta se complace en publicar el texto completo del Triduo Solemne a María Inmaculada. Este valioso material, que contiene las reflexiones específicas para cada jornada, ha sido puesto a disposición de las comunidades y puede ser descargado desde los canales oficiales de la Diócesis para su uso personal, familiar y comunitario, invitando a todos a unirse en oración.
Así, bajo el lema central “María, Madre de la Esperanza y Estrella de la Evangelización”, elevaremos nuestra mirada hacia aquella que fue preservada de toda mancha de pecado para ser el Sagrario Inmaculado de Dios, encontrando en ella el modelo perfecto del creyente. El triduo está diseñado como una ruta espiritual que busca impulsar nuestro compromiso misionero, estructurado en tres jornadas de profunda reflexión: María, la Mujer de la Fe (Día 1), María, Maestra del Discernimiento (Día 2) y María, la Estrella de la Evangelización (Día 3).
De este modo, se nos invita a meditar sobre la historia de nuestra fe, que germinó en esta tierra desde la fundación de la ciudad y el inicio de la primera evangelización en 1525, y a renovar la vocación misionera de esta Diócesis, considerada históricamente la Madre de todas las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia.
En este contexto de profunda memoria, la histórica imagen de la Inmaculada Concepción de nuestra catedral se alza como un signo indiscutible de nuestra Esperanza y guía evangelizadora. Su pureza inmaculada, reflejo de su total obediencia a la Palabra, es la que debe inspirarnos para acoger y vivir plenamente el Plan Diocesano de Pastoral, renovando nuestro fiat misionero al igual que Ella lo hizo. Por lo tanto, este triduo es un llamado a transformar el “agua” de nuestra vida ordinaria en el “vino nuevo” de la gracia de Cristo, pues estamos llamados a ser, como la Inmaculada, peregrinos incansables de la Esperanza que, inspirados en el pasaje de Caná, escuchan y obedecen: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2, 5).
¡Que María Inmaculada nos guíe a la Esperanza y renueve nuestra pasión evangelizadora rumbo al V Centenario!
Jorge Martínez Echeverría
Vicario Episcopal de Pastoral
Diócesis de Santa Marta
Ver o descargar el documento:



