31 AÑOS DE LA CASA DE LA VIRGEN EN NUESTRA DIÓCESIS

El sábado 7 de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario, la Diócesis de Santa Marta celebró con júbilo el aniversario 31 de creación del Santuario Mariano Diocesano Nuestra Señora de Fátima, en el tradicional barrio Manzanares, en la capital del Departamento del Magdalena.

Este templo fue construido en 1940, pero sólo hasta 1960, siendo monseñor Norberto Forero y García obispo de esta diócesis, se logró la organización de sus archivos y las oficinas administrativas. En 1992 Monseñor Ugo Puccini Banfi, decide elevar la parroquia a la categoría de santuario. El acto se realizó el 7 de octubre de ese mismo año, con la participación de todos los sacerdotes de la jurisdicción, fieles devotos residentes en el barrio y sus alrededores, además peregrinos provenientes de diversas comunidades parroquiales.

La Eucaristía fue presidida por Mons. José Mario Bacci y concelebrada por el rector del santuario P. Alexander Grecco, por el canciller de la diócesis, P. José Antonio Díaz y por el rector del Seminario Mayor san José, P. Jair Polo y contó con la asistencia nutrida de fieles que honraron a la Madre del Señor, en este lugar que el obispo ha llamado: “La Casa de María en la Diócesis de Santa Marta”.

El obispo mostró su complacencia ante los fieles, por ello expresó:

“Queridos hermanos, queridas hermanas. Quiero en primer lugar, compartir un sentimiento, un gran gozo en el corazón, una gran alegría de ver nuestro santuario diocesano lleno fieles que han venido de tantas parroquias y grupos apostólicos. Se siente el amor filial a María. Eso contagia a unos y otros a vivir en la fe y la esperanza, porque sabemos, que, en el itinerario de nuestra existencia, María va con nosotros”.

“Reconocemos a María como la llena de gracia, también contemplamos su compañía amorosa, la solicitud constante de Dios con nosotros, que quiso, al pie de la cruz, dejárnosla como testamento de amor, que apertura entre nosotros el misterio de la persona de Jesucristo; que primero, dice san Agustín, llenó su corazón de su vientre y que por tanto la constituyó a ella, en Madre del Verbo Encarnado. Y lo hacemos bajo la advocación del Rosario, uno de los títulos más queridos por el pueblo de Dios.”, expresó Monseñor Bacci.

Sobre el santo rosario el obispo dijo: “Es la oración sencilla y al mismo tiempo la plegaria perfecta para expresar la total comunión de vida que existe entre la Madre y el Hijo, porque con el Rosario oramos con María, y no a ella propiamente, oramos con ella en la contemplación de los misterios centrales de nuestra fe, de Jesucristo que está íntimamente asociado a María, su Madre”.

Finalmente, el P. Alexandre Grecco, agradeció a todos su presencia: “Nuestros labios no se pueden quedar callados, sin decir gracias. Gracias a ustedes por haber participado de esta hermosísima y solemne celebración.”

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