Cada familia con su Biblia

“Cada familia con su Biblia”, ha dicho repetidas veces Monseñor José Mario Bacci en sus reuniones, talleres, homilías y en general en los encuentros con sacerdotes y laicos. Dicha propuesta viene como anillo al dedo después vivir el Domingo de la Palabra de Dios, como directriz inicial del Papa Francisco.

De hecho, las comunidades se lo tomaron en serio, porque fue un domingo en el cual nos congregamos alegres como hermanos en cada rincón de la Diócesis de Santa Marta, porque a la luz de las Sagradas Escrituras crecemos en el discipulado misionero.

Después de entronizar la Biblia en nuestros hogares, hay que mantenerla no como algo accesorio, como un florero o una pieza de arte para adornar la casa, sino como el libro sagrado que ilumina a los hogares, porque “la Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4, 12-13).

Felicitaciones a quienes hicieron el ejercicio con la Escritura Sagrada, y de acuerdo a los mensajes recibidos de muchos agentes de evangelización, este tiempo de la escucha que vivimos como Iglesia particular, permite que la Palabra de Dios sea “lámpara para nuestros pies, luz en nuestro camino” (Cf Sal 118). Pues esa Palabra es columna vertebral en la construcción sinodal del Plan Diocesano Pastoral.