Ave María, Padre nuestro, jaculatorias a la madre de Dios, peregrinaciones, talleres, retiros espirituales, convivencias, actos de piedad mariana y el rezo del santo rosario, han dinamizado el camino de fe desde el 1 hasta el 31 de mayo del presente año en la Diócesis de Santa Marta.

Por ello mayo ha sido un mes especial en las parroquias, movimientos apostólicos, realidades pastorales, hermandades, familias, colegios y grupos de oración presentes en nuestra Iglesia particular, donde se ha afianzado sobre todo el rezo del santo rosario, a través del cual meditamos la vida de Jesús por María.

Dicen que el banano, la yuca, el maíz, la ganadería, las playas, el pescado, el arroz con coco, el folclor y la forma de hablar identifican al territorio de la Diócesis de Santa Marta. ¡Ciertamente! Pero, sobre todo la piedad mariana. Esto se evidencia en las prácticas pastorales orientadas a reconocer a María como estrella de la evangelización en el Año de la Escucha.

Ahora al clausurar mayo y abrirnos a junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús, reconocemos que Santa Marta es una Diócesis enamorada de María, quien nos ayuda a asumir las tres etapas previas a la construcción del Plan Diocesano Pastoral: Escucha, Discernimiento y Decisión para anunciar a Jesús.