En nuestro país,  esta conmemoración se da el día 12 de octubre,  reconociendo aquellas luchas que se dieron en 1492 entre los pueblos indígenas y los colonizadores españoles. Luchas violentas que llevaban como objetivo, por parte de los españoles la conquista y colonización de los territorios y pueblos americanos habitados por indígenas; mientras que los nativos buscan defender sus costumbres, culturas, tradiciones, preservar sus territorios y territorialidad en pocas palabras evitar la colonización española.

En esta fecha, además de homenajear a las culturas indígenas, la nación hace un reconocimiento a las culturas africanas y su gran aporte por ayudar en el avance, progreso, desarrollo y construcción de esta gran país, Colombia.  La nación reconoce la autoafirmación americanista por la unidad y la diversidad en el ámbito cultural y humano, reivindicando a los pueblos indígenas de América al igual que los aportes de los pueblos y culturas africanas; es un llamado a la unión y a incrementar la conciencia y el orgullo por nuestra patria colombiana. En todo este proceso de reconocimiento de igual dignidad,  al igual que el de preservación y cuidado de nuestros pueblos étnicos, no podemos echar a un lado el aporte y reconocimiento de la Iglesia Católica en cabeza de los papas, quienes con el apoyo de los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos misioneros han hecho y hacen acompañamiento a estas comunidades, proclamando fuertemente al mundo,  pidiendo respeto y el digno trato de nuestros hermanos mayores, hijos todos del mismo Dios nuestro,  llamado en sus lenguas nativas: Narayao, Mareiwua o Serankua. Dentro de los que más han levantado su voz por estas comunidades, tenemos al papa Benedicto XVI ( V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe ) y el actual papa Francisco (Sínodo de la Amazonía)

“La fe en Dios ha animado la vida y la cultura de estos pueblos durante más de cinco siglos. Del encuentro de esa fe con las etnias originarias ha nacido la rica cultura cristiana de este continente expresada verdadera humanización, en el auténtico progreso. El Verbo de Dios, haciéndose carne en Jesucristo, se hizo también historia y cultura.

La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad, sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado.

La sabiduría de los pueblos originarios  llevó  afortunadamente  a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que los misioneros  les ofrecían.  De  allí  ha  nacido  la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos” papa Benedicto XVI V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe