“Los cultivos, el ganado y los hogares están a punto de colapsar a causa de la sequía”, dijo el P. Jorge Eliécer Vega Valera, párroco de la comunidad San Fernando Rey de Pivijay Magdalena, municipio fundado por españoles el 30 de mayo de 1774. Lo cierto es que el caño Schiller, caudaloso afluente donde los jóvenes en vacaciones iban a bañarse y tomarse fotos para subirlas a redes sociales, hasta el miércoles 17 de abril era un callejón agrietado que clamaba agua.
Dicho caño irrigaba los campos y abastecía de agua a la población. Frente a esto, el P. Jorge Vega, implementó la Etapa de la Escucha (paso previo para llegar al Plan Pastoral Diocesano) a la feligresía y a la naturaleza (casa común). Hay que escuchar a la gente y al medio ambiente, de manera que, de acuerdo a lo que dice 1 Timoteo 2, 1-2: “Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres”, pusieron fecha y hora para orar.
“Dicho y hecho”, como dicen los pivijayeros. Montaron la imagen del patrono San Fernando Rey en sus hombros y empezaron la rogativa con rosario en mano y Eucaristía. Dios escuchó, como siempre, la oración de su pueblo que clama y ahora preparan la acción de gracias comprometidos con el proceso de nueva evangelización de esa próspera localidad, famosa no sólo por los gallos de pelea y el festival vallenato, sino también porque son un rebaño que ora con piedad y perseverancia.