Encontrar a monseñor José Mario Bacci con los estudiantes de la Universidad Sergio Arboleda, Santa Marta, es fantástico. Los escuchó, conversó con ellos; dejaron asuntos claros sobre la vida, la sexualidad y el matrimonio cristiano a la luz de la encíclica Humanae Vitae (Vida Humana).
Ese 28 de noviembre, a las 9:00 de la mañana, también estuvo el rector de la institución, Dr. Alfredo Méndez Alzamora, quien se mostró emocionado debido a que los estudiantes dedicaron un tiempo especial para analizar la propuesta de esta encíclica publicada por san Pablo VI en julio de 1968.
Una estudiante dijo que,
“estamos llamados a transmitir esta doctrina a los hombres de ciencia, a los esposos cristianos, a los médicos y al personal sanitario, a las autoridades públicas, a hacer apostolado de vida entre los hogares y apoyar la predicación de los sacerdotes y obispos, orientada al respeto de la vida desde la concepción”.
Esta será una tarea dura, ya que dicho escrito supuso una toma de postura firme y valiente de la Iglesia sobre el valor y el sentido del matrimonio, la sexualidad y la familia, así como la relevancia que tienen para las costumbres sociales, pero tampoco es imposible. Por ello hay que tener en cuenta lo que expresa la misma Humanae Vitae numeral 1:
“la transmisión de la vida ha sido fuente de grandes alegrías, aunque algunas veces acompañadas de no pocas dificultades y angustias”, pero lleva a la felicidad.
