Encuentro matrimonial en Concordia

Avanzaba el cierre de 2023 en medio de los acostumbrados balances y celebraciones. En especial los compromisos para toda la comunidad de Encuentro Matrimonial (EMM) Santa Marta, y uno muy particular que consistía en llevar el mensaje que vivimos como base de los talleres de FAMILIA ABIERTA Y APOSTOLICA, a cada pareja y hogar magdalenense. La cita se fijó en Concordia, un municipio a orillas de una linda ciénaga, donde el tiempo se quedó estancado y fijo como cualquier ambiente garciamarquiano.

La historia de este primer taller no pudo ser mejor, con un cambio de ruta, guiados, según, por un conocedor de las vías, cinco matrimonios del equipo de EMM, salieron muy de madrugada, “muy tiesos y muy majos” a una travesía que planeada de una manera, sufrió un cambio sobre la marcha, luego de comer peto en río Sevilla, tornándose en un viaje de más de 10 horas, recorriendo las calurosas tierras magdalenenses en pleno fenómeno del niño, pero que se convirtió en una peregrinación por cada población, con paradas en iglesias emblemáticas de Aracataca, Fundación, Pivijay, Salamina, esta última parada obligatoria al ir en el viaje un célebre y legendario matrimonio, el de Germán y Mercedes hijos de esa tierra llena de letras, poetas, escritores, dicharacheros, colores y tragedias con un gran río que se los quiere llevar.

No fueron pocas las horas de viaje, pero si muchas horas de risas, anhelos, sueños y oración en cada paraje, con un almuerzo sabroso, pero más sabrosos eran los casi 40° grados bajo la sombra de esa tarde salaminera, para finalizar el día a orillas de la ciénaga de Cerro de San Antonio, viendo brillar como el oro un atardecer increíble y luego un gran recibimiento por parte del P. Juan Pablo Cristancho, con una misa y una hora santa para llenar el tanque espiritual, y ahora sí a dormir, el domingo de taller sería un largo día.

Con la promesa de un clima algo cálido y con mosquitos, harían honor a “Malabrigo” un nombre muy casual con el que es conocido Concordia, pueblo de un extraño origen atlanticense, que bien podría ser una extensión de Suan o de Campo de la Cruz, mejor dicho, casi casi un pueblo parte del Canal del Dique. Concordia, significa armonía, unión, convenio amigable, cordialidad, amistad y paz, es decir que esa palabra recoge un gran número de los sentimientos que se profesan como parte de la experiencia del estilo de vida de encuentro matrimonial.

Al llegar al colegio sede del evento, en los rostros de Azucena y Sonia, se reflejaba una preocupación porque a la hora indicada sólo llegó una pareja, y casualmente no eran de Concordia, muy temprano Ana y José habían salido en su moto desde El Piñón y llegaron a participar del taller con todo su amor. Tranquilos estamos en Colombia, y hasta en este confín de esta inhóspita parte del mundo las 10 parejas llegaron tarde, pero llegaron. Llenos de expectativa y al principio sin entender un poco la dinámica de cada taller, algunos con pena, con recelo, pero así es ese primer choque de frente con el Encuentro Matrimonial.

Sonia y Gonzalo rompieron el hielo con su charla de bienvenida, suavizaron la situación, enseñaron cómo se deben expresar los sentimientos y los invitaron a vivir la experiencia; de esta manera Germán y Mercedes describieron el “Conociéndome”, una charla sobre cómo somos, qué anhelamos y cómo llegamos al amor; luego en la medida en que el día avanzaba Jaime y Nancy, quienes regresaron al país hacia poco, hablaron sobre el “Conociéndonos”, una conversación cargada de esos sentimientos que van fortaleciendo a la pareja, que muestran cómo vamos pasando de ese estado del yoismo a pasar a pensar en que ya somos dos, unidos para vivir la vida, para formar un hogar, y en esa construcción cada día nos vamos conociendo más; obviamente en los espacios de taller y participación salieron las primeras caras, algunos de alegría, otros de complicidad, otros con algún signo de interrogación, pero esa mañana abrió la mente y participación de los asistentes.

Ese medio día marcó un hito. Los ajenos a estas tierras no podíamos con el calor y el sofoco, y para no desentonar, el inicio de los carnavales en la región prendió todos los “picos” del pueblo con su música estridente, generando que la energía eléctrica jugara una mala pasada a los principiantes Janeth y Fabián, encargados de la charla “Amándonos”, sin aire acondicionado llegaron mostrando sentimientos más profundos, poniendo en evidencia en los asistentes ya una identificación de situaciones del diario vivir de las cuales no son ajenas ni las parejas citadinas ni las de estos pueblos; las más adineradas y las más pobres. 

Las parejas vieron reflejada su relación con altos y bajos, pero en búsqueda del amor. Finalmente cerraron la jornada José y Azucena con su conferencia “Uniéndonos”, que no iba a pasar desapercibida por el toque de una relación de tantos años de perseverancia ante las situaciones de la vida, fue explicada en detalle, llevándonos a un cierre del taller muy participativo. Con parejas empoderadas de sentimientos más sueltos, cada quien habló, se conocieron de nuevo, se enamoraron de nuevo, hubo tiempo hasta para celebrar un aniversario de bodas, y que una joven pareja que está iniciando esa bella etapa del conocerse, empezaron a tocar las verdaderas puertas de una la relación, ya con un conocimiento superior.

El Padre Juan Pablo y el EMM Santa Marta, han empezado a recorrer un camino, que no puede parar de recorrerse. Familia Abierta y Apostólica es una forma no sólo acertada de que estas parejas puedan vivir a futuro un fin de semana de Encuentro Matrimonial, sino que el apostolado del sacramento pueda llegar a aquellos rincones de esta tierra del realismo mágico para que al amor, sea el protagonista.