Monición Inicial
Hoy nos congregamos con alegría en el recuerdo del “Domingo de la Palabra de Dios”. Acojamos la invitación del Papa Francisco y dispongámonos a cultivar una mayor cercanía con Las Sagradas Escrituras.
“La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4, 12-13).
En nuestra familia, iglesia doméstica, nos unimos de corazón a los demás hermanos de la Diócesis de Santa Marta para acoger, en sintonía con la gracia de Dios, su voz, suave y exigente, que nos llega a través de la Palabra revelada.
Que en este tiempo de la escucha que vivimos como Iglesia particular, permitamos que la Palabra de Dios sea “lámpara para nuestros pies, luz en nuestro camino” (Cf Sal 118).
Proclamación de la Palabra de Dios
Lectura del libro de Nehemías
“Leían el libro de la Ley de Dios con claridad e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura.
Entonces, Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote escriba; y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, su Dios; no estén tristes ni lloren”. Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley. Después añadió: “Ya pueden retirarse; coman bien, beban buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este día es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestra fortaleza”.
Palabra de Dios
Compartamos la Palabra de Dios
Nehemías nos recuerda que la Palabra de Dios nos trae alegría y fortaleza. Como en otro tiempo en el monte Sinaí cuando el pueblo escuchó la Palabra del Señor e hizo alianza con Él por medio de Moisés, muchos años después, el mismo pueblo, al retornar a Jerusalén después del duro tiempo de exilio en Babilonia, inició la reconstrucción de la ciudad con este acto de proclamación pública de la Palabra. Sólo podían recomenzar su vida de pueblo elegido si volvían al Señor y a la escucha de su Palabra.
Hoy también nuestro hogar se convierte en un lugar de encuentro con Dios a través de su Palabra. Al darle a la Biblia un lugar especial en nuestra familia, nos comprometeremos a leerla cada día.
Leer la Biblia cada día es muy importante para nuestra vida de fe. La Iglesia nos enseña que la Palabra realiza nuestra comunión con el Padre, en un acto continuo de encuentro con el Señor y de diálogo con Él.
En este día consagrado, recordemos que Pentecostés marcó el inicio de la Iglesia. En efecto, por la fuerza del Espíritu, “los que acogieron la predicación de Pedro fueron bautizados” (Hechos 2, 41) y se convirtieron a Cristo. Este mismo camino lo recorre cada fiel cuando, al participar de la liturgia, escucha la Palabra, la acoge en el corazón y percibe su realización en su vida misma mediante el sacramento. Así lo enseña la Iglesia: lo que se anuncia en la Palabra, se realiza en el Sacramento y cambia toda la vida de los oyentes.
¡Permitamos que la Palabra actúe siempre en nosotros, ilumine nuestro corazón y dirija nuestras acciones!
Compartamos brevemente a partir de la Palabra
- ¿Puedo decir que la Palabra del Señor es mi alegría y mi fortaleza? ¿Por qué?
- ¿Qué tan frecuente es mi lectura personal de la Biblia?
- Cuando escucho la Palabra en la misa, ¿estoy atento? ¿no dejo perder ninguna palabra de las que se proclaman en las lecturas de la misa?
- ¿Puedo recordar ahora alguna frase bíblica tomada de las lecturas de la última misa en la que participé?
Preces
- Por todos nosotros, como familia, para que encontremos consuelo e inspiración para la vida en la Palabra, roguemos al Señor.
- Por aquellos que aún no conocen la alegría de tu Palabra, para que nuestras acciones reflejen su luz, roguemos al Señor.
- Por nuestras familias, especialmente los más jóvenes, para que la Palabra forme sus corazones y guíe sus pasos, roguemos al Señor.
- Por la paz y la armonía en nuestro hogar, para que la Palabra sea el vínculo que nos una en amor y comprensión, roguemos al Señor.
Entronización de la Biblia en el hogar
Nota:
- Después de las preces se procede a entronizar la biblia en un lugar destinado para ella. Se trata de colocarla en un espacio visible dentro de la casa en donde siempre motive a los miembros del hogar a venerarla, leerla y reflexionarla, personalmente o en familia.
- Enseguida, orando juntos como familia, se toman de las manos y a una voz, rezan el Padre Nuestro. Posteriormente se realiza la oración final de acción de gracias.
Padre nuestro…
Oración Final de Acción de Gracias
Dios nuestro, te agradecemos por este momento de entronización de tu Palabra. Que la lectura diaria de tu Palabra y nuestra meditación fortalezcan nuestra fe y nos unan más como familia. Bendice nuestro hogar con tu presencia a través de la Sagrada Escritura. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo, tu Palabra encarnada. Amén.
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