Fiesta de San José Obrero 

1 de mayo, fiesta de San José Obrero, mes dedicado a nuestra Madre, la Virgen María. Nos unimos en la caridad y fraternidad como familia sacerdotal, sobre todo en estos momentos, orando especialmente por nuestro Obispo. Los sacerdotes debemos tener «entrañas de misericordia» y ser capaces de «atender y escuchar» al pastor, al Obispo, que seguramente, por nuestro comportamiento, muchas veces sufre calladamente la falta de obediencia y amor de sus ovejas. Por eso los invito a expresarle todo nuestro apoyo al Pastor que Dios nos ha regalado, acompañarlo con la oración.

Un Obispo joven que comienza a vivir lo propio del Episcopado: “ser signo de contradicción”, ser hombre crucificado. Pero eso es divino y con ello se saborea el gozo del Espíritu que se da en la fecundidad de la cruz. La cruz de la búsqueda de nuevas formas pastorales, como lo vivimos el sábado 27 de abril con el encuentro diocesano para la escucha. Ahora, creo firmemente que todo el esfuerzo que Monseñor ha puesto para el anuncio del Evangelio, en este momento de nuestra historia, redundará en frutos abundantes. La razón es sencilla y profunda: no se trata de capricho, toda esta acción está acompañada y justificada por la cruz del Pastor.

P. José Antonio Díaz

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