Canecas repletas de desechos, bolsas que no les cabe ni una aguja ubicadas en andenes, latas vacías tiradas en la calle, entre otras basuras, forman parte del irónico concierto patrimonial que da la bienvenida a quienes han elegido a Santa Marta como destino turístico en estos primeros días del año.
Pero como dice el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si, numeral 13: “Enfrentamos un desafío urgente: proteger nuestra casa común. Esto incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”. En esa línea surge una iniciativa de limpieza en el Centro de la ciudad que responde a estos mismos propósitos. Por este motivo, Monseñor José Mario Bacci participó en la jornada de aseo programada por la Corporación Centro Histórico y en la cual estuvieron también la Alcaldía Distrital, Pro Santa Marta, Fundación Tras La Perla y más de dos mil voluntarios, entre ellos los comerciantes de la Quinta Avenida.
“Participemos en esta actividad con un corazón grande y generoso con la ciudad que nos acoge. Vivimos en ella y debemos portarnos bien con ella”, dijo Monseñor para invitar a cultivar en los participantes los valores que hacen de la ciudad una “casa común”.
Al final de la jornada la gente de a pie, incluyendo visitantes y propios, se miraban las caras y decían: “ahora si el Centro Histórico quedó como una tacita de oro”. ¿Qué viene ahora? Seguir trabajando para que la Diócesis ilumine con la luz del Evangelio la realidad samaria y magdalenense.