OBISPO DE SANTA MARTA SE ENCUENTRA CON EL PAPA FRANCISCO EN ROMA

Del 16 al 23 de abril tuvo lugar en Roma la Visita Ad Limina Apostolorum (“Visita a los umbrales de los Apóstoles”), del segundo grupo de obispos colombianos.

Según la disciplina canónica, el Obispo diocesano realiza cada cinco años la antigua tradición de la visita ad limina, para honrar los sepulcros de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, y encontrar al sucesor de Pedro, el Obispo de Roma.

La visita, en sus diferentes momentos litúrgicos, pastorales y de fraterno intercambio, tiene un preciso significado para el Obispo: acrecentar su sentido de responsabilidad como Sucesor de los Apóstoles y fortalecer su comunión con el Sucesor de Pedro. La visita, además, constituye un momento importante para la vida de la misma Iglesia Particular, la cual, por medio del propio representante, consolida los vínculos de fe, de comunión y de disciplina que la unen a la Iglesia de Roma y al entero cuerpo eclesial (cf. Directorio para el ministerio pastoral de los obispos Apostolorum Successores, 15).

Nuestro obispo, Mons. José Mario Bacci Trespalacios, cjm, participó, junto a los demás obispos, en un encuentro con el Santo Padre, el Papa Francisco, al término de la visita. Hubo oportunidad, para cada obispo, tener un breve diálogo con el Papa y, luego, en una sesión sencilla y fraterna, en diálogo franco, Su Santidad dio orientaciones a los obispos colombianos acerca de su misión pastoral ante los desafíos del país.

Mons. José Mario le informó al Santo Padre acerca de la celebración próxima de los 500 años de la ciudad, en 2025, y de la Diócesis de Santa Marta, 2033. Nos animó a tomar, en discernimiento sinodal, las iniciativas más adecuadas para vivir este tiempo de acción de gracias y de renovada decisión en el servicio pastoral junto al santo pueblo fiel de Dios.

Tenemos, ante nosotros, dos desafíos: conocer a fondo a los miembros del pueblo de Dios de nuestro departamento para sintonizar adecuadamente con sus búsquedas más profundas y anunciarles a Jesucristo, don de Dios para todos. Y también, lograr, a través de la construcción conjunta de un nuevo plan de pastoral, dar a la Diócesis mayor identidad y cohesión.

¡Que esta visita represente para la ciudad y para la Diócesis un soplo de aire fresco que nos traiga renovación, entrega generosa, participación gozosa en la misión de anuncio de Jesucristo, el Señor!

¡Que nuestra ciudad recupere la esperanza, que todos sus habitantes, especialmente los más pobres y vulnerables, encuentren oportunidades de crecimiento y de superación de sus condiciones de vida para que “haya vida y vida abundante para todos” (cf. Jn 10, 10)