En Algarrobo, donde ya no florece el algodón debido a que este producto fue mermado con la llegada de la agricultura de palma de aceite, la ganadería extensiva y la agroindustria, ahora florece la alegría de la comunidad parroquial Sagrado Corazón de Jesús, por la celebración de los 25 años de vida ministerial del P. Javier Gregorio Aguilar Siado.
“Pido a Dios que me siga dando vida para seguir consumiéndomela por él”,dijo conmovido el P. Javier Aguilar Siado, en presencia de Monseñor José Mario Bacci, quien presidió la Eucaristía, de un gran número de presbíteros diocesanos, de su familia y de su comunidad el 3 de octubre a las 10:00 de la mañana.
En su homilía Monseñor José Mario recalcó: “Celebraciones como esta son motivo de alegría para la comunidad diocesana, para el obispo, para el presbiterio, para todo el pueblo de Dios. Así comprobamos la fidelidad del Señor con nosotros, que nos da su gracia en el sacramento del Orden como un don inmerecido, y evidenciamos esa realidad que llena nuestro corazón de gozo y gratitud; por eso aquí estamos, para acompañar a nuestro hermano Javier Aguilar”.
El P. Javier y la comunidad parroquial agradecieron la presencia de Monseñor y de sus sacerdotes, por ello el obispo expresó: “Nuestra presencia es signo también de nuestro reconocimiento, lleno de gratitud al Señor, por la vida del P. Javier y su servicio pastoral a lo largo de estos años”. Recordemos que este sacerdote ha servido en Orihueca, Pastoral Turística, San Estados Unidos, San Juan Bautista en Ciénaga, Pueblo Viejo, Algarrobo y otros rincones de la Diócesis de Santa Marta.
También hubo una palabra significativa para el hogar del cual brotó el P, Javier Gregorio: “Nos unimos a la alegría de Don José Rafael, Doña Enilda María, de los hermanos, hermanas, demás familiares y amigos que han venido hoy para rodearlo de afecto. Pues su familia ha sido, seguramente su primer seminario y antes primera escuela de la fe”.
El sacerdote está configurado con Cristo, así lo expresó Monseñor Bacci: “en esta existencia sacerdotal que configura la vida misma de Javier con Jesucristo el Señor, sacerdote, esposo, pastor y siervo, nos maravilla, que siempre nos hace reconocer la pequeñez, ante la inmensidad del don de Dios. Este acontecimiento es respuesta de fidelidad del Señor a su pueblo: “les daré pastores según mi corazón, dice el Señor a través de Jeremías”.
Por su parte el P. Javier agradeció al Señor por este don y a todos los que han sido parte de su vida: “En memoria de corazón y consiente de que el Señor me ha llamado, me ha escogido, como decía nuestro obispo, es una elección de Él, de la cual no soy digno y gracias a Él porque me ha sostenido, me ha ido cualificando durante estos 25 años; gracias a mis padres, que colocaron esta semilla de fe, para amar a Dios, a mis hermanos, a mis hermanos sacerdotes y a la comunidad”.
“Que Dios bendiga sus corazones, que sean portadores de la misericordia. Pido a Dios me siga dando vida para seguir consumiéndomela por él; para llevar el canto del amor a tantas personas que su vida no es una canción. Que el Señor me de mucha vida, para seguir tocando corazones y atraerlos a él”, dijo el P. Javier.
Finalmente, el obispo manifestó la alegría de estar en estar en esta celebración: “Así que Javier, te venimos a acompañar con un sentido de fraternidad y gratitud al Señor para que tus sentimientos sacerdotales, hoy sean puestos en el altar fortalecidos por nuestra intercesión. Que el Señor te regale salud y disposición, para que esta celebración no sea recuerdo del pasado, sino reavivamiento de la gracia”.
