TIEMPO DE CUARESMA

En el calendario hay espacio para todo. Existen momentos para saludar, trabajar, descansar, salir, entrar, festejar, en fin. Tiene razón entonces el libro del Eclesiastés 3, 1: “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.

Por ello en la agenda de tu vida debe haber un espacio valioso para la Cuaresma, que es un período sagrado de preparación para la Pascua. Es la gran oportunidad de morir al pecado para resucitar con Cristo, vencedor del pecado y la muerte. Es importante entonces dedicar tiempo a las prácticas de conversión que la Iglesia nos sugiere en este tiempo especial de la liturgia.

Desde ese punto de vista, durante cuarenta días, la comunidad se adentra en un viaje espiritual hacia las solemnidades pascuales. Empezamos juiciosamente con el Miércoles de Ceniza, recordando nuestra fragilidad humana y la necesidad de reconciliación con Dios. Tengamos en cuenta que ese día la Iglesia nos dijo: “conviértete y cree en el Evangelio”.

En esta época, nos sumergimos en la riqueza de los misterios de nuestra fe a través de celebraciones, lecturas bíblicas y cantos que nos invitan a la reflexión y al arrepentimiento. Es un tiempo de sacrificio, autoexamen, pero también de esperanza y renovación de la fe para mantener activa la vida pastoral de nuestra Diócesis de Santa Marta, en este Etapa de Escucha que nos llevará al Plan Diocesano Pastoral.

En el centro de la Cuaresma está Cristo en la Cruz, cuyo sacrificio nos ofrece el camino hacia la salvación y la vida eterna. En cada celebración, recordamos su amor incondicional y renovamos nuestro compromiso de seguir sus enseñanzas. Que esta Cuaresma sea un periodo de gracia donde crezcamos en nuestro amor a Dios y al prójimo, preparándonos para celebrar la alegría de la Resurrección en la Pascua.

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