“Les enseñaba con autoridad”

Oración:

Señor Jesús envía tu Espíritu, para que él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 

Texto Bíblico: Marcos 1, 21-28.

Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

Palabra del Señor.

 

Preguntas para reflexionar personalmente o en grupo:

  • ¿Cuál es el punto que más te ha gustado?
  • ¿Qué es lo que ha causado más la admiración de la gente en tiempo de Jesús?
  • ¿Qué es lo que obligaba a la gente a percibir la diferencia entre Jesús y los doctores de la época?
  • El espíritu del mal no tiene ningún poder delante de Jesús. ¿Qué impacto produce esto sobre la gente?

 

Reflexión

Enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Los escribas enseñaban a la gente citando doctores, las autoridades. Jesús no citaba a ningún doctor, sino que hablaba partiendo de su unión con el Padre Dios y de la vida. Su autoridad nacía de dentro. Su palabra tenía las raíces en el corazón y en el testimonio de su vida. Sobre esto, nos dice el Papa Francisco: ¿Qué significa “con autoridad”? Quiere decir que en las palabras humanas de Jesús se sentía toda la fuerza de la Palabra de Dios, se sentía la misma autoridad de Dios, inspirador de las Sagradas Escrituras. Y una de las características de la Palabra de Dios es que realiza lo que dice. Porque la Palabra de Dios corresponde a su voluntad. En cambio, nosotros con frecuencia pronunciamos palabras vacías, sin raíz, o palabras superfluas, palabras que no corresponden a la verdad. (Angelus, S.S. Francisco, 1 de febrero de 2015).

Manda a los espíritus inmundos y le obedecen. La gente de aquella época vivía destrozada por el miedo de los demonios y por la acción de los espíritus impuros. Como en los tiempos del Imperio romano, muchas son las personas que viven alienadas de sí mismas a causa del poder de los medios de comunicación, de la propaganda del comercio. La gente vive esclava del consumismo, oprimidas por las facturas que hay que pagar en una fecha determinada a los acreedores, por las noticias trágicas, por la violencia, por las extorsiones, etc. Muchos piensan que no viven como personas dignas de respeto, si no compran lo que la propaganda anuncia en la televisión. En Marcos, el primer gesto de Jesús es precisamente el de arrojar y combatir el poder del mal. Jesús restituye a las personas a sí mismas. Restituye su conciencia y su libertad. ¿Se dará que nuestra fe en Jesús consigue combatir contra estos demonios que nos alienan de nosotros mismos, de la realidad y de Dios?

 

Reflexión personal

  • Cuándo hablo o predico, ¿tengo la fuerza de la verdad que es la que me da autoridad? ¿Estudias y predicas la Palabra de Dios?
  • ¿Necesito que Cristo me libere? ¿De qué?

 

¿Qué compromisos puedo hacer?

  • Piensa en una propuesta concreta que puedas llevar acabo para ser instrumento de Cristo en esto de «callar» y «sacar» el mal del mundo («espíritu inmundo») en alguna de sus formas.
  • Ayuda a alguna persona a que salga de su ignorancia, se acerque más a la Iglesia y encuentre en Jesús las respuestas a las preguntas existenciales que tiene.

 

Oración final:

Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.